miércoles, 16 de mayo de 2012

Aire distinto

Saludame con el resplandor que emanan tus pupilas.
Con la sonrisa brillante unida a tus mejillas.
Hablame con la brisa que desprendes al caminar por mi lado.
Donde cada paso que das es una huella marcada de tu presencia.
Alimentame de tus tonos de voz, como la magia de un aroma desconocido sentido por primera vez.
Atame a la fuerza de esa suave mirada que me mira sin interés.
Me enrosco en el aura de tu espíritu, y bailo al compás de esta admiración.
Aceptando que esta magia no tiene manera de ser hechizada, y que el truco para conseguirla no la tengo a mi alcance. Y sigo observándote, pero sin esperar resultados.
Mi único propósito es resaltar cada perfecta sintonía. Y relajarme al sólo observarte.

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