sábado, 15 de septiembre de 2012

Más dolor.

De repente desde el miércoles a la tarde todo empezó a empinarse hacia abajo profundamente.
Desde el miércoles hacia atrás el día venía espectacular, tan bien como pocas veces.
Volví a hacer cosas que hace mucho no hacía, me sentía feliz, alegre.
Hasta que no sé. Un suceso tras otro. Uno peor que el otro. Uno más fuerte que el otro.
No doy más. Por esta semana no quiero ser más. Quiero salirme de este cuerpo, abrirme y escaparme.
Quiero alejarme de quién soy, de dónde estoy, de lo que viví, de lo que siento, de mis experiencias,
de mi cabeza, de mis ideas, mis pensamientos, mis deseos, mis sueños, mis ilusiones, quiero irme de todo
lo que soy. Sólo por un rato ruego escaparme. ¿A quién le puedo pedir este favor?.
Quiero no sentir, no emocionarme, no crecer, no despertar, no pensar, no accionar.
Por favor ¿a quién se le pide un respiro cuando se ahoga por necesitarlo?.
Mi mente estalla en un silencio repleto de pensamientos negativos que van y vienen.
Y me pregunto por qué esto, por qué lo otro, soy yo quién falla, qué hago mal, quiero encontrar el error y no puedo verlo, quiero repararlo y no puedo, quiero gritar y tampoco.
Inundada en lágrimas confusas. Asfixiada. Muy débil.
¿Por qué todo esto perfora mi cabeza?.
Quiero mi lugar. Necesito volver a mi vida. Necesito tener un ritmo.
Siento pura contaminación dentro mío.
Hora de alejarse, aún más.


lunes, 10 de septiembre de 2012

Transición.


Y cada suceso que va pasando ahora, engancha con los ya vividos, los cuales en su momento terminaron como no deseaba. Ahora me cierra que ese fue el mejor modo que podría haber sido, y entiendo que lo que vivo ahora supera muchas veces en lo que creía mejor en aquel momento equivocado. Y siento que va a seguir mejorando. 
Lo mejor de lo peor, es llegar a este presente más valioso y darme cuenta que siempre hay más por recibir de lo que se creía "lo mejor" en ese pasado.