martes, 13 de marzo de 2012

Cientos de miligramos de impaciencia me absorben.
Son píldoras que tienen componentes mezclados y me hacen explotar por dentro.
Gramos microscópicos que estallan al desintegrarse dentro mío.
Llegan a mi boca y ya empieza a desaparecer mi calma. La paz empieza a huir.
Se disipa la tranquilidad. Y se alborota mi interior. Comienzan a aparecer los interrogatorios.
Las dudas. La confusión. La locura.

No está terminado este escrito... pero me quedé en la nada mientras intentaba darle algún final.

3 comentarios:

Nicolás François dijo...

Muy buena entrada, me siento igual. No es un regreso definitivo, gracias por comentar

Uve. dijo...

hoolaa!! sabes?? me gustó mucho tu blog y todo lo que escribes en el es hermoso^^
te sigo sin duda alguna :)
besos

Y. dijo...

Ey! Muchas gracias Vale! Ahora chusmeo el tuyo ^^ besitosss.