viernes, 16 de diciembre de 2011

Los sueños y el amor nunca envejecen.

Conocernos de jóvenes. Ver nuestras caricias. El brillo en nuestras pupilas. La piel de nuestros rostros tersa.
El recorrido de las caricias sin elevaciones. Juventud a pleno, correr juntos, reír, tirarnos al suelo, jugar, soltar carcajadas.
Compartir experiencias únicas entre todas las demás. Llorar, pelear, luchar, afrontar, revivir, continuar,
caer, remontar, desvanecer, fortalecerse...
¿Cuántas acciones y actos pueden haber entre dos personas?
Millones, e infinitas. Esta vida juntos recién comienza. Tantas vivencias. Y tantas más por desear vivir juntos.
Realizar viajes, vivir independizados, llegar de trabajar, saludarnos, cenar en la misma mesa, cocinarnos,
darnos sorpresas, salidas nuevas, despertar cada nueva mañana juntos diciéndonos buen día, darnos un beso,
comenzar de nuevo.
Armar una familia. Ser padres. Ver y oír los primeros llantos. Apreciar las primeras sonrisas. Emocionarnos de los primeros pasos. Criar a nuestros hijos. Amarlos incondicionalmente, crecer con ellos. Valorarlos y enseñarles a vivir en plenitud, que sean libres, buenos seres humanos, que tengan sus tropiezos, caídas, ayudarlos a seguir adelante, aconsejarlos. Que crezcan, que vuelen. Que sean felices.
¿Cuántos deseos se pueden tener con alguien que imaginás en tu vida para el resto de la propia vida?
Yo pude experimentar que son eternos, interminables, maravillosos y llenos de fantasía, esperanza y chispas como cortocircuitos en el corazón. Pasar las enfermedades, cuidarnos, protegernos, tener siempre la mano del otro a nuestro alcance cuando la necesitemos.
Contenernos y comprendernos.
Respetarnos y amarnos.
Llevar adelante el carácter, avanzar ambos a la vez aprendiendo de los errores y apoyándonos mutuamente ante cada pared por más altura que tenga.
Querer conocer los cambios del otro cuerpo al pasar los años,
Una expresión más clara que “envejecer juntos” parece que no la hay.
Sentir nuestras arrugas, notar que nuestra movilidad ya no tiene la misma facilidad que años atrás.
Ver que seguimos juntos, que los hijos que criamos son felices con su propia familia, que están siguiendo un recorrido que nosotros dos, ambos Juntos: Ya conocimos.
...Estas son apenas una parte de las cosas que sueño con ese ser humano
que quiero en mi vida, a mi lado, y para siempre.




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